¿Irán contra Irán?

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Por: J. Jesús Esquivel

 

¿Irán contra Irán?

 

Washington – El conflicto bélico entre Israel e Irán no es una simple escaramuza en el Medio Oriente como tantas otras que se han dado a lo largo de la historia en esa región del mundo.

Las grandes potencias: Estados Unidos, Rusia y China y las otras de menor calada: Gran Bretaña, Alemania y Francia, están haciendo diplomáticamente hasta lo imposible para calmar los ánimos de guerra.

Los ataques que han lanzado los iraníes y los israelitas han prendido las alarmas porque si escalan a un mayor nivel, tienen potencial de poder desatar una confrontación global.

El odio que se tienen las dos naciones es innegable. Ambos países se quieren desaparecer del mapa. Y aunque al sagradísimo Chamuco mis padrinos los hijos del Averno lo alimentan con almas perdidas, más vale tener la fiesta en paz a nombre de la paz, y aquí sí vale la redundancia.

En cuanto Irán atacó a Israel por el genocidio contra los palestinos en la Franja de Gaza que Benjamín Netanyahu está llevando a cabo, las luces de alerta se prendieron en Beijing, Moscú y Washington.

Estados Unidos es aliado y defensor incondicional de Israel. Rusia y China lo son de Irán. Las tres potencias por ahora han optado por la mesura e intentan contener las tentaciones de que sus defendidos se declaren formalmente la guerra.

Oficialmente, Irán no está declarada como una nación con armas nucleares a diferencia de Israel, pero se presume y sospecha que sí cuenta con un arsenal de destrucción masiva.

Eso es justo lo que preocupa a las grandes potencias; que el conflicto entre Irán e Israel escale a niveles bélicos que pudiesen provocar la intervención de Estados Unidos, Rusia y China. Nadie en su sano juicio desea una tercera guerra mundial.

¡Por el bendito Chamuco que todavía queremos comernos unos tacos y ver otro mundial de fútbol; qué importa que la selección mexicana siga haciendo el ridículo aspirando a un cuarto partido!

Para contener a Irán, la Casa Blanca ha optado por imponerle más sanciones económicas en un acuerdo no hablado con China y Rusia.

El gran problema se concentra en la irracionalidad de Netanyahu y su sed de sangre por el odio que le tiene a los palestinos.

Al primer ministro de Israel la Casa Blanca no ha podido contenerlo y sigue asesinando a civiles inocentes en Gaza.
Todo indica que Estados Unidos no aboga por una guerra entre Israel e Irán y lo mismo China y Rusia.

La situación cambiaría si Netanyahu sigue actuando como desquiciado y provoca que las grandes potencias le entren a los guamazos.

Prendamos cirios negros y para calmar el hambre del Chamuco, propongo ofrecerle por lo mientras el alma envinada de Felipe Calderón.

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